Mars Attack!
Me rindo, ni se me ocurre nada original ni mucho menos estoy centrado. Pero hoy hablo de Veronica Mars aunque sea lo último que haga.

Hay algo en las series de instituto que a muchos de nosotros nos fascina. Es como asomarse a un pasado que no tuvimos y recrearse con una serie de temas y experiencias (más bien tópicos) que estuvimos muy lejos de vivir. Pero aún así... ¿quien no soñó con dejar seco al chulito de turno con una réplica ingeniosísima que además nos ganaría el corazón de la guapa de la clase? ¿quien no ha deseado darles un escarmiento a "los populares" del instituto (bromas políticas aparte)? . El instituto es una etapa tremendamente hormonal y pavesca en la que pensabas que todo podría pasarte y a la hora de la verdad no pasaba nada, pero nada de nada.
Pese a todo su componente fantástico (¿acaso conocen algún freakie que haya conquistado a la jefa del equipo de animadoras?) la mitología de este género esta muy bien definida y es clave para entender su éxito y la respuesta emocional que despierta en algunos de nosotros. Y eso aún reconociendo que en este género la Ley de Sturgeon ( el 90% de todo lo que se produce es basura) se cumple a rajatabla, quizá incluso se queda corta.
Veronica Mars es un compendio bastante completo de toda esta mitología institutera. En vez de mitología podría haber empleado el término topicazo y el mensaje sería el mismo, pero para eso está el lenguaje: para hacer trampas con él. Por un lado tenemos a la gente guay , hijos de padres ricos y famosos ( aquí llamados los '09ers' por vivir en la parte de la ciudad cuyo ficticio código postal es 90909 ) , por otro a los marginales de barrio chungo con sus motos y cazadoras de cuero negro y todo. En lo quizás es el retruécano más increíble de todos , estas dos razas tan distintas de jóvenes hormonando comparten instituto. Nuestra rubia protagonista (una Kristen Bell que gana encanto cada vez que abre la boca y suelta alguno de los geniales diálogos que le han preparado los guionistas) se encuentra en una encrucijada vital. Porque Veronica fue antaño de la fashion people, pero de la noche a la mañana su novio le deja, asesinan a su mejor amiga, su madre le abandona y su padre pierde el trabajo. Y claro, con ese historial pues lo tienes chungo para que te sigan invitando a las fiestas guayonas. Así que Veronica se convierte también en una outsider bastante resentida y vuelca sus energias en intentar descubrir la verdad detrás del asesinato de Lilly Kane , que es la Laura Palmer de la serie y no solo por que esté muerta sino porque la niña tiene un morbo que funde las piedras. Curiosamente Veronica parece como veinte veces más cool de marginal que en los flashbacks de su etapa pija donde tiene una pinta de repollo a lo Casa de la Pradera bastante desconcertante.
Desde que Josh Whedon tuvo la osadía de llevar a los vampiros a morder a los pijos californianos de Sunnydale, así como el talento para que tan peligroso cocktail que a cualquiera le hubiese explotado en la cara funcionase a la perfección, parece que ninguna mezcla de géneros nos vaya a coger por sorpresa. Veronica Mars ha apostado clarísimamente por otra mezcla de géneros cuanto menos llamativa : la comedia de instituto y el cine negro. Esto ha propiciado numerosos intentos de etiquetado más o menos ingeniosos. Desde teen noir hasta otros más descriptivos entre los cuales mi favorito es "The O.C. escrita por Raymond Chandler".
¿Cuanto hay en realidad de cine negro en Veronica Mars? Pues ciertamente que hay bastante.
La ineludible voz en off soltando sentencias lapidarias es quizá la referencia más evidente pero no la única.
El protagonista aquí no es un alcohólico pendenciero que apenas levanta la vista cuando entra en su oficina una femme fatale, pero tampoco se aleja tanto del prototipo del detective acabado en busca de un caso que haga reflotar su cochambroso negocio. De hecho es el padre de Veronica el detective acabado que busca la oportunidad de redimirse resolviendo el caso que arruinó su carrera como jefe de policía de Neptune. Así que su hija le echa una mano mientras se mete en líos con una facilidad asombrosa. Y Veronica, ahí donde la vemos tan rubia ella y tan pizpireta cuando las necesidades apremian es mucho más Robert Mitchum que Veronica Lake.
En definitiva Veronica Mars es una serie que es tan fiel a las reglas de los géneros en los que se inscribe que lo que consigue es trascenderlos. Esos trucos tan metalingüistícos que Whedon puso de moda con Buffy han encontrado en Veronica Mars un buen refugio para seguir divirtiendo a un público que para disfrutar la serie solo tiene que dejarse los prejuicios en un armario.
No suelo comentar nada de doblajes si, doblajes no porque es una guerra perdida, pero haganme caso en esto: el doblaje español es bastante infame y le quita toda la gracia a los personajes. Casi me parecía estar viendo un episodio de Colegio Degrassi.
1ª Temporada
2ª Temporada